domingo, 28 de noviembre de 2010

Días 343 y 344: 14 y 15 de Noviembre

Kaifeng… sin prisa pero si pausa, que hay que seguir avanzando y a este paso casi que no vamos a llegar. Así que decidimos cambiar de provincia, nos venimos a Henan.


También implica nuestra primera experiencia en tren… que a parte de los problemas para encontrar cambio para el autobús, residen en entender en chino donde tienes que ir. Menos mal que el número del tren lo ponen en números occidentales. Y tras hacer una cola de unos 15 minutos dando codazos para evitar que esta gente se nos cuele, nos dejan pasar al anden donde nos abalanzamos para montarnos en el tren (un tren que por las ventanillas se ve lleno de gente y sin huecos). A eso de las 13:00 nos montamos en un tren repleto de chinos, que amablemente nos hacen huecos para jugar al tetris con nuestras mochilas… conseguimos hacernos entender y diez minutos después estamos sentados con las mochilas “recogidas” y dispuestos a aguantar en un asiento más duro que una tabla las siguientes 8 horas. Las dotes de canto de la chica sentada con nosotros y nuestros libros amenizaron el viaje.

Bien oscuro y con la última carrera del Mundial de F1 en mente llegamos a Kaifeng. Por el frío y el hambre decidimos quedarnos cerca de la estación, que había un buen surtido de hoteles… aunque la falta de entendimiento fue descartando la mayoría. Al final nos quedamos en el de un chico joven… que medio entendimos (no por su ingles ni por nuestro mandarín).

El día siguiente nos mostró una de las ciudades más “rurales” que hemos visitado. Lo que en España llamamos ciudad es más un pueblo enorme en China. El nivel de ingles era nulo, pero los habitantes se empeñaban en darnos conversación allá por donde pasábamos, la experiencia con los indios ayuda en estos casos.

La ciudad, más templos, más pagodas (que son las torres altas con las esquinas para arriba)… muy barata, y muy metida en la cultura.

La recogida de basura es un negocio al que se dedican toda la familia, te ves a los niños y a los abuelos… eso de la jubilación parece que no existe en China.

Un día se hace suficiente.

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