La vuelta al cole. ¿Que pensabais que los que se van de viaje no tienen el momento de retorno al curro? Pues os equivocáis… ya vamos practicando, ya.
Aquí estamos otra vez. En el hostel, con los niños, con el jefe, con el americano y el ingles… vamos lo mismo que dejamos cuando nos fuimos.
Pero ahora me ha metido a hacer trabajo de oficina. Esto de hacer programas de contabilidad para que lleven el cole, cuando sabes que en cuanto me vaya nadie va a tener ni idea ni ganas de seguir con ello… en fin, por lo menos ocupo mi tiempo en algo diferente, aunque el esfuerzo sea en vano.
Jorge sigue de profe de deportes, partido de futbol todas las tardes, excepto cuando esta cansado que tienen clase de baloncesto, suena a mala vida ¿no? Pero se tiene que levantar a las 7:30 todas las mañanas para dar sus 30 minutos de clase matutina y le toca lidiar con los gritos de la encargada cuando el jefe no esta y se pasa de la hora estipulada para jugar. Pero ha conseguido que los niños hagan deporte cada día que hemos estado aquí, de lo contrario los niños no salen a jugar. Y tiene pelota de futbol después de una semana y algo yendo detrás del jefe para encontrar una de las tantas que guarda en el colegio, pero de las que no disfrutan los niños, porque si viene una inspección tiene que demostrar que tiene materiales (¿y no suena más práctico que los niños los utilicen?). En fin, que tiene su batalla y va ganando. Ya para lo que queda ni jardín ni leches.
Así que el jueves terminamos la semana con las elecciones, como el colegio es colegio electoral no tenemos clase el viernes…¡bien! Y eso que las elecciones son el sábado. India, otro mundo.
El sábado celebramos las elecciones con una escapada al lago (ya se echaba de menos, las escapadas al lago), nos vamos todos los extranjeros… a la gente de por aquí les encanta pararse a hablar con los extranjeros y si encima van en grupo, mucha más expectación. Menos mal que por ahora nos conocemos un par de atajos y nos ahorramos un par de explicaciones, jajaja.
Y vuelve el domingo, por la tarde se van los niños al lago… no quieren que vayan las niñas porque si se bañan las niñas se chivan. Así que como soy una niña… no puedo ir al lago. Las niñas encantadas, que así pueden ver la tele, pero como yo no entiendo ni papa, pues a leer que es muy educativo. Después del lago, cuando se juega un partido semi-profesional de baloncesto (en el que Jorge es una de las estrellas), yo me voy a visitar la casa de la cocinera… que por lo visto y aunque por aquí sigan diciendo que no hay castas, ellos pertenecían a los intocables y fue un shock que fuera una extranjera por allí. Con deciros que las dos sillas que tenían fueron una para mi y otra para Joseph…
La última semana, que ya hay ganas de moverse, otra vez.
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