Día 5: 11 de Diciembre

¿Cómo andan los ánimos? Nosotros nos levantamos bien temprano, porque con las prisas el móvil en vez de mostrarme 5:45 me mostró las 6:45 y como nuestro avión a Curitiba salía a las 8:23... Pues íbamos un poco ajustados de tiempo… aunque en realidad llegáramos con mas de dos horas al aeropuerto!!!

El aeropuerto es el Santos Dumont que está en la Bahía de Guanamama, que es la que esta a 10 minutos exactos del Barrio de Glória que ha sido nuestra casa en los últimos cuatro días.

El vuelo era de estos que hacen escala en otro aeropuerto y por eso no nos salió tan caro, ni eran 12 horas de autobús (que probaremos para ir a Iguazú…). Así que haciendo escala en Campinas (en el estado de Sao Paulo) cogimos el siguiente vuelo hacía Curitiba (estado de Paraná). Tenemos que decir que las aerolíneas brasileñas (que son con las que viajamos) están de puta madre, los asientos espaciosos, con pantalla en el asiento, como los vuelos intercontinentales… y eso que cada vuelo duraba unos 45 minutos!! Y para colmo te daban una bebida y unos snack, no es gran cosa, pero se agradece.

Por lo visto el Estado hace años decidió que iba a fomentar el uso de la red de carreteras, invirtiendo grandes cantidades en eso, ese es uno de los motivos por los que encontrar un tren que comunique cualquier parte de Brasil no es sencillo, o no los hay o son prohibitivos. Y, tal y como comprobamos ayer, el transporte aéreo es de lo mejorcito… también os diré que no es para la clase media gastarse 300 reales (unos 150 euros, más o menos) en un vuelo más las tasas…

Perdón por el inciso!!
Una vez en Curitiba fue todo rodado… fue salir del avión y encontrarnos el autobús ejecutivo, que es el que comunica el aeropuerto con la ciudad de Curitiba. Nos dejo en la misma plaza Rui Barboa y de ahí coger el Trampolín (que es el autobús que nos llevaba al hostel) fue cuestión de minutos.
Una vez en el hostel nos hicieron una especie de “rebaja” y tenemos una habitación doble con baño y con vistas a la piscina (en la que el agua esta gelada).

Esto ya es otro ambiente, los hostel son el punto de encuentro de todos los colgados que están en la misma situación que nosotros, puede que con algunas variantes pero más o menos… así que mientras cocinábamos algo para comer tuvimos tiempo de ir conociendo a la fauna que alberga en el Eco hostel. Aquí cada uno tiene su historia y esta deseando contarla, como si con eso no se perdiera en el recuerdo… me veo en un par de meses!!! Dios!!

La tarde transcurrió tranquila, de charla, siestecita… aunque cuidado si os pilla el colgado del inglés para hablar… es de esas personas que no suelta la palabra, y que cualquier inciso tuyo le da pie a contar otra de sus batallitas… como ha estado en España también habla español, así que no hay excusa para no charlar con él un rato.

Por la noche nos propusieron ir al centro de Curitiba a tomar algo ¿por qué no? Así que con el italo-español, el brasileño que vive en Holanda y nosotros dos nos fuimos a ver los bares de la zona… baile funky, música electrónica, country (que por lo visto es lo que más le gusta a la gente del sur de Brasil, la salsa es más de Río y de Sao Paulo) y al final nos metimos en un bar con música en directo… al estilo de Caetano Veloso, más o menos… probamos la caipiriña con fresa (una nueva variedad que están promocionando ahora) y estuvimos descubriendo la cultura brasileiro… Estuvo bien, y la entrada sólo nos costo 5 reales (unos 2,5 euros), que nos enteramos que en Sao Paulo pueden llegar a los 3.000 reales (que duele decirlo, 1500 euros, real arriba real abajo)…