jueves, 10 de diciembre de 2009

Día 2: 8 de Diciembre

Dando gracias porque esta cayendo una adorable lluvia en la ciudad de Rio y eso hace que este calor pegajoso no nos arrastre hacía la agonía... los estragos que esta llovizna hace aquí, se limitan a las calles encharcadas, ese magnífico empedrado (que valoramos que está hecho a mano por la desarmonía de su relieve) es ahora un puzzle de charcos que sólamente los más diestros consiguen esquivar, los demás acabamos de barro hasta el cuello, porque esta lluvia sirve para limpiar las díficiles calles de Rio.
Nuestros segundo día nos lleva de camino al "desayuno continental" del hotel... que salvo la oferta de jamón y queso no se puede considerar más que cómo café, zumo y tostadas. Pero estamos dispuestos a amortizarlo.
La ciudad de Rio tiene mucho que ofrecer, pero si quieres ver todo su esplendor lo mejor es hacerlo con sol ¿qué sentido tiene subir al Cristo Redentor si no puedes disfrutar de la panorámica de Rio desde las alturas? ¿o ir a Copacabana e Ipanema si no puedes tumbarte al sol? Así que de momento nosotros seguimos esperando que la ciudad se aparezca ante nosotros con todo su esplendor... tampoco le vamos a dar mucho más tiempo.
Mientras esperamos que esto suceda, decidimos adentrarnos en el corazón de Rio y que mejor que empezar por sus parques... mayúscula sorpresa cuando descubrimos una nueva especíe de animal... es una mezcla entre ardilla, rata y cerdo... da más asco que otra cosa y convive en el parque con patos, gallinas, gatos, palomas y pavos reales (que tienen un alarido más parecido al maullido de un gato que a un animal con plumas) y por supuesto todo eso en un marco de vegetación tropical que a los europeos (por lo menos a estos dos... ) nos sorprende y nos gusta.
Nuestro paseo nos lleva a un mercadillo, que decorado de Navidad... con lo que conlleva la Navidad en este clima y con 30ºC, creo que en mi vida he visto trajes de Papa Noel tan escuetos. En el mercadillo, que es una manzana de calles que se van entrecruzando, nos sorprende la tranquilidad con que la gente pasea, y ante todo, la templanza de los vendedores que se abtienen de los gritos de "señora, que lo vendo barato" a los que estamos acostumbrados en España, nadie te insta a comprar ni parecen desesperados por vender el género... simplemente diferente.
Y debo mencionar la comida... puede que esta ciudad te deje atónito con sus contrastes, con la pobreza y el descuido, con la falta de interés de la gente, la falta de esa alegría que vemos por la tele en Carnavales.... pero en lo que seguro que no te decepciona Rio es en la gastronomía. Estamos hablando de que por el equivalente a 15 euros puedes degustar carne a la parrilla, con sus patatas fritas, arroz, ensalada, una especie de mezcla hecha con huevo (y creemos que parmesano...), el consabido bowl de feijuada y un par de cervezas... Probablemente nos saldrá panza, a los que no la tenemos ya...

2 comentarios:

alex_lorca dijo...

Pronto cambiará el timepo y podreis disfrutar de Rio, tened cuidado con la fauna local, je je.

Un saludo

Unknown dijo...

Me gusta el relato. Me estoy haciendo una idea de como es Rio, sin haber estado.
A pesar del agobio de calor y humedad, que seguro que no es facil de llevar, os envidio un poco porque aqui empieza a hacer frio de invierno, del de verdad, no de lo que hemos tenido hasta ahora, y eso limita mucho más: los catarros que no se van hasta abril, no te apetece tanto hacer vida en la calle,...etc.
Seguid con vuestras aventuras, y no dejeis de contarlo, que, aunque no tenga mucho tiempo para responder, os aseguro que leo todo lo que publicais.
Un abrazo, y suerte.
-Alberto Guti-