Los últimos días han sido moviditos…
Estuvimos recorriendo las comisarías, porque aquí en India tienes que informar cuando hay extranjeros en la zona, informar del propósito de la visita y cuanto va a durar esta. Así que lo tomamos como un día libre de nuestras tareas, estuvimos en Kundara (que es la aldea más grande) y llegamos hasta Kollam. Creo que hemos conocido a todas las autoridades.
Así que tuvimos un día “libre” con viajecito por la zona. Interesante ver como funciona todo por aquí… en este día se incluye la denuncia a nuestro anfitrión de traer extranjeras para sexo. La charla se produjo con nosotros delante, pero como hablaban es su idioma, no nos enteramos de mucho, en fin… India.
El viernes era la fiesta del cordero, y como este país tiene musulmanes, cristianos e hindúes, pues todo es fiesta nacional. Así que, después de un desayuno fuera (que parecía más una comida, ya que como en Malasia, se desayuna un buen plato de pollo biriani con un par de rotis, que es uno de los panes de por aquí) y después de unas cuantas invitaciones a una boda hindú… decidimos ir.
Se casaba una de las profesoras del colegio donde trabajo. Una chica a la que he visto una vez… y las invitaciones venían del resto de profesoras y de Joseph (el fundador y director general del colegio). Vamos que es a la primera boda que vamos sin ser invitados por los novios o las familias, y la primera en la que no conocíamos a los novios, la primera boda hindú y la primera en la que no vas vestido de boda. Aunque los vaqueros dan un toque de clase ¿no?
Pues allí estábamos nosotros, a las 12:10h de la mañana, en un auditorio. Por lo visto las bodas hindúes se basan mucho en astrología, y hay un momento al día que es el que trae mejor suerte para celebrar una boda, varía desde las 12:10h y las 12:25h, y varía según el día. Hay un Brahman presente para decir el momento exacto y para guiar la ceremonia. Comienza el paseillo de la novia, custodiada por sus padres, luego sale el novio y custodiado por sus padres le da otra vuelta al altar del centro. Dan unas cuantas vueltas por allí, se suben al altar, se ponen unos collares de flores al cuello y le dan otras cuantas vueltas al altar.
En fin, eso fue lo que pudimos ver, desde la segunda fila del auditorio, y con los 10 fotógrafos que corrían de una punta a la otra moviendo cables, intentando captar los mejores momentos.
La sensación de que los dos estaban demasiados serios para ser una boda no extraña, cuando es un matrimonio acordado por el padre de la novia, que por algo es el que paga y el que da dinero al marido para que se lleve a su hija. Es la única manera que se concibe por esta parte de India.
Creo que la gente que estaba a nuestro alrededor estaban mucho más interesados en nosotros, en preguntarnos y que les prestáramos atención, que en la boda en sí (me encantaría que me hicieran otras preguntas a parte de los nombre de mi padre, mi madre, mis hermanos, pero en fin).
Después de posar con los novios para no se cuantas fotos, pasamos al convite… que va por tandas. Los más rápidos son los primeros. A los 15 minutos pasaran recogiendo la hoja de platanera en la que te han servido y a la calle. Ahora entiendo como una boda en India es una media de 1000 personas. Así si se puede.
Entramos en el segundo turno, bien sentados por el hermano de la novia.
Una hoja de platanera, y van pasando, tienen como 5 salsas diferentes (el número de salsas va con la condición social que tengas, por ser extranjeros estamos en la más alta), un plátano, unos cuantos plátanos secos salados, una buena ración de arroz y otras dos salsas que van encima del arroz, se me olvidaba el pan, privilegiada de mi… tuve dos (que es como esas patatas fritas que llaman sin sal). Te llenan un vaso de agua caliente (hervida para evitar enfermedades). Y a eso de los 10 minutos pasan repartiendo el postre, en la misma hojita, si no has terminado con el arroz (nuestro caso), te lo sirven al lado. Lo mismo hay dos postres, pero también depende de tu condición social. Uno era como arroz con leche pero con fideos (demasiado arroz en las comidas), y el otro era como plátano cocido con azúcar de caña. Cinco minutos después estaban las mesas más que limpias, esperando al tercer turno.
Justo cuando salíamos de comer llegaban los novios… Es muy diferente este país.
¡Ah! El lunes la novia estaba en el colegio, eso de viaje de novios no va con ellos. Probablemente su marido haya vuelto a Dubai (que es donde se van la mayoría a trabajar).
India, un cúmulo de experiencias.
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