martes, 21 de septiembre de 2010

Días 286 al 289: del 18 al 21 de Septiembre

Nuestro primer día libre en lo que llevamos de estancia. Y cuando digo libre me refiero a salir nosotros solos del hostel, e ir donde nos apetezca…

El sitio que más apetece es el lago (también el más cercano y barato), así que pasamos por la tienda y compramos plátanos, por fin algo que no es arroz para comer.

De camino al lago nos sentimos como famosos, a parte de los saludos a todos y cada uno de los vecinos de las casas por las que pasábamos, tuvimos sesión de fotos… un buen hombre que estaba arreglando el camino para hacerse una casa al lado del lago, foto con él, foto con la apisonadora, foto con la casa, foto con el lago, foto con el fotógrafo… en fin que entendemos a los famosos porque decirle que no es un desprecio pero 30 fotos en 5 minutos de todos los ángulos y perspectivas.

También tuvimos las consabidas preguntas de “¿Dónde vais?”, no solo de los vecinos si no de los jovencillos que pasaban por el camino, dispuestos a coger el bañador y unirse a nosotros…

Una experiencia.

Al final llegamos a lago, nos bañamos y vimos llover, lluvia torrencial sentados en el porche de la casa de unos familiares de Joseph (el director del colegio), menos mal que decidimos ir allí.

A la vuelta, damos gracias que encontramos a Groucho Marx (que es el limpiador del colegio, y tiene un gran parecido no solo físico con el cómico) y nos encauzo el camino, mientras nos lo amenizo. Tiene esa manía de mantener conversaciones con todo el mundo en malayalam, lo entiendas o no. Jorge ya esta acostumbrado y le sigue la conversación que al final resulta muy cómica cuando parece que hasta se entienden. Yo no termino de acostumbrarme, y de vez en cuando no se que decir (vamos siempre… yo que se que esta diciendo). Por lo visto esta es una costumbre que comparte con el cocinero del hostel, que no hablan ni papa de inglés y tienen ganas de charla… y Jorge se tira el día con ellos.

El domingo lo más llamativo fue el que las niñas no pudieran salir del hostel, porque no estaba Joseph y no deben salir sin supervisión, obviamente dos extranjeros no son lo más indicado. ¡¡¡Pero cuantas normas se tienen en India!!!

¡Ah! Solo quiero comentar la moda de los pelos. Que los pelos del bigote se vean sexys en una mujer… bueno, va en cuestión de gustos. ¿Pero los pelos de las orejas en los hombres? No esos que salen de dentro, no. ¿Alguna vez os habíais imaginado pelos en el lateral de la oreja? Yo creía que hay no crecían, pero lo hacen y en India parece una moda lo de llevarlos largos, no un par, no, parece un bigote en el lateral de la oreja. No podemos mostrar documentos gráficos, imaginaos la situación “¿le importa que le haga una foto a los pelos de su oreja? Es que de eso no vemos en Europa”.

Cuantas cosas tiene India que ofrecer.

Días 281 al 285: del 13 al 17 de Septiembre

Joseph es el hombre que fundó el colegio. Y el que no para de moverse para conseguir que llegue a lo que él soñó. Es un hombre de 71 años que nació aquí en Kollam, pero que se fue a EEUU y formo su familia allí. Cuando se jubiló decidió que era hora de hacer algo por su aldea… Lleva como 10 años con el proyecto en marcha y como dijimos es más un imperio ahora.

Lo que más sorprende es la determinación de no dejarse vencer por la diplomacia en India, que básicamente tira de sobornos. Y eso que en cada sitio público encuentras un cartelito diciendo que si alguien te pide dinero que lo denuncies que es ilegal. Y Joseph ha decidido que no va a pagar sobornos… así que tiene a unos cuantos “enemigos”, como el de la denuncia de traer extranjeras para fines sexuales. Así que con todo esto, estamos aprendiendo demasiado de India. Que no, que después de mes y medio India sigue sorprendiéndonos.

Ya estamos casi acostumbrados a eso de que la gente te tiré como 5 minutos en frente tuyo, mirándote fijamente. Vale que no es normal que se vean extranjeros por la zona, pero yo sigo sin encontrar tantas diferencias… el color de piel, la forma de vestir… pero vamos, dos ojos, una nariz, dos orejas, una boca. Otra de las cosas que me fascina y me sigue haciendo reír es esa falta de discreción, son como niños. Si hablan su idioma y yo no me voy a enterar, si no me señalas con el dedo no tengo porque enterarme, pero ellos no lo pueden evitar. Es como esa manía de que los saludes… y pueden tener unos añicos ya, pero hasta que nos los saludas no paran.

Diferentes culturas, el cogerse de la mano, da igual la edad que tengan. Imagina dos señoras de 40 cogidas de la mano, como niñas. Y cuando lo mismo lo ves en hombres ni te cuento…

Al final terminas riendo, que va a ser bueno y todo.

Días 276 al 280: del 8 al 12 de Septiembre

Los últimos días han sido moviditos…

Estuvimos recorriendo las comisarías, porque aquí en India tienes que informar cuando hay extranjeros en la zona, informar del propósito de la visita y cuanto va a durar esta. Así que lo tomamos como un día libre de nuestras tareas, estuvimos en Kundara (que es la aldea más grande) y llegamos hasta Kollam. Creo que hemos conocido a todas las autoridades.

Así que tuvimos un día “libre” con viajecito por la zona. Interesante ver como funciona todo por aquí… en este día se incluye la denuncia a nuestro anfitrión de traer extranjeras para sexo. La charla se produjo con nosotros delante, pero como hablaban es su idioma, no nos enteramos de mucho, en fin… India.

El viernes era la fiesta del cordero, y como este país tiene musulmanes, cristianos e hindúes, pues todo es fiesta nacional. Así que, después de un desayuno fuera (que parecía más una comida, ya que como en Malasia, se desayuna un buen plato de pollo biriani con un par de rotis, que es uno de los panes de por aquí) y después de unas cuantas invitaciones a una boda hindú… decidimos ir.

Se casaba una de las profesoras del colegio donde trabajo. Una chica a la que he visto una vez… y las invitaciones venían del resto de profesoras y de Joseph (el fundador y director general del colegio). Vamos que es a la primera boda que vamos sin ser invitados por los novios o las familias, y la primera en la que no conocíamos a los novios, la primera boda hindú y la primera en la que no vas vestido de boda. Aunque los vaqueros dan un toque de clase ¿no?

Pues allí estábamos nosotros, a las 12:10h de la mañana, en un auditorio. Por lo visto las bodas hindúes se basan mucho en astrología, y hay un momento al día que es el que trae mejor suerte para celebrar una boda, varía desde las 12:10h y las 12:25h, y varía según el día. Hay un Brahman presente para decir el momento exacto y para guiar la ceremonia. Comienza el paseillo de la novia, custodiada por sus padres, luego sale el novio y custodiado por sus padres le da otra vuelta al altar del centro. Dan unas cuantas vueltas por allí, se suben al altar, se ponen unos collares de flores al cuello y le dan otras cuantas vueltas al altar.

En fin, eso fue lo que pudimos ver, desde la segunda fila del auditorio, y con los 10 fotógrafos que corrían de una punta a la otra moviendo cables, intentando captar los mejores momentos.

La sensación de que los dos estaban demasiados serios para ser una boda no extraña, cuando es un matrimonio acordado por el padre de la novia, que por algo es el que paga y el que da dinero al marido para que se lleve a su hija. Es la única manera que se concibe por esta parte de India.

Creo que la gente que estaba a nuestro alrededor estaban mucho más interesados en nosotros, en preguntarnos y que les prestáramos atención, que en la boda en sí (me encantaría que me hicieran otras preguntas a parte de los nombre de mi padre, mi madre, mis hermanos, pero en fin).

Después de posar con los novios para no se cuantas fotos, pasamos al convite… que va por tandas. Los más rápidos son los primeros. A los 15 minutos pasaran recogiendo la hoja de platanera en la que te han servido y a la calle. Ahora entiendo como una boda en India es una media de 1000 personas. Así si se puede.

Entramos en el segundo turno, bien sentados por el hermano de la novia.

Una hoja de platanera, y van pasando, tienen como 5 salsas diferentes (el número de salsas va con la condición social que tengas, por ser extranjeros estamos en la más alta), un plátano, unos cuantos plátanos secos salados, una buena ración de arroz y otras dos salsas que van encima del arroz, se me olvidaba el pan, privilegiada de mi… tuve dos (que es como esas patatas fritas que llaman sin sal). Te llenan un vaso de agua caliente (hervida para evitar enfermedades). Y a eso de los 10 minutos pasan repartiendo el postre, en la misma hojita, si no has terminado con el arroz (nuestro caso), te lo sirven al lado. Lo mismo hay dos postres, pero también depende de tu condición social. Uno era como arroz con leche pero con fideos (demasiado arroz en las comidas), y el otro era como plátano cocido con azúcar de caña. Cinco minutos después estaban las mesas más que limpias, esperando al tercer turno.

Justo cuando salíamos de comer llegaban los novios… Es muy diferente este país.

¡Ah! El lunes la novia estaba en el colegio, eso de viaje de novios no va con ellos. Probablemente su marido haya vuelto a Dubai (que es donde se van la mayoría a trabajar).

India, un cúmulo de experiencias.

Del 270 al 275: del 2 al 7 de Septiembre

Ya estamos en Kerala, concretamente en una ciudad que se llama Kollam, que esta unos 80 kilómetros al norte de Trivandrum (que es la ciudad principal).Pero no estamos en una ciudad, sino que, a 12 kilómetros de Kollam hay un pueblecito que se llama Kumbalam… y los consiguientes pueblos de alrededor: Kundara, Chittumala, etc.
El colegio al que hemos venido no es ni mucho menos lo que nos esperábamos. No sé porque teníamos en mente un colegio pequeño que estuviera ayudando a la comunidad, enseñándoles inglés… no es que no sea así, si no que tienen a 450 niños en el principal, luego tienen como una guardería con otros 300. A parte tienen un centro de formación de profesores y un centro como de módulos de grado superior. En fin, que esto parece más un imperio que un proyecto de caridad.
Nosotros estamos sobretodo con los niños que están internos, que son unos 20 niños y niñas que viven en una especie de residencia durante 10 meses al año. Se supone que tienen que hablar inglés ya que todas la asignaturas son en inglés, pero como todos hablan “malayalam” (que es el idioma de Kerala) pues termina siendo más fácil comunicarse.

A parte de hacer deporte con ellos, de vigilarlos cuando los dos responsables no están (que es más a menudo de lo que quisiéramos), ayudarlos con los estudios y sacarlos de excursión los fines de semana. Cada uno tenemos un trabajo cuando ellos están en el colegio. Yo me voy en el autobús que recoge a los niños a las 7h de la mañana, me voy a la guardería a leerles en inglés y jugar con ellos (aunque ni ellos hablan inglés ni yo malayalam), me vuelvo a montar en el autobús a las 16h y sobre las 18h vuelvo. Jorge ha probado más cosas, recepcionista del director… que como las llamadas son el malayalam, pues sirve de poco. Y lo último es jardinero, que como tiene experiencia de Australia, pues ahí tienes. Y por supuesto profe de gimnasia, por las mañanas a las 7:30h y por las tardes de 17 a 18h.

¡Ah! Es que no habíamos comentado que los niños se levantan todos los días a las 5 de la mañana, menos los domingos que es a las 5:30h. Esta como podéis comprender no es una de las actividades que compartamos.

Seguimos adaptándonos, y con suerte seguiremos haciendo excursiones a los lagos de alrededor, que esta zona esta llena, son de agua salada porque estamos demasiado cerca del mar… que quieres que te diga, casi mejor.

Solo comentar las normas de vestimenta… las mujeres en India, no enseñan ni las piernas ni los hombros, el traje típico es el sari, que es una tela de 3 metros liada como un vestido, un corpiño, dejando parte de la barriga al aire. Así que como todo lo que yo tengo de verano son camisetas de tirantes voy vestida de invierno a 30ºC. Mientras que lo tradicional en los hombres es una camisa (elegancia ante todo) con una sábana que llega hasta el suelo, a modo de falda, que simplemente te lías como una toalla, eso si, la puedes subir hasta más allá de las rodillas, ¡ah! y si estas trabajando la camiseta de tirantes esta más que permitida. Es un poco de “marujas” cuando los ves andando con las dos puntas inferiores cogidas y terminan atándoselas a la cintura… En fin que no termino de entender como los hombres pueden vestir como les de la gana, y todo va bien, y la mujer tiene que ir tan tapada. Y lo incómodo que es el traje típico indio… yo no cambiare nada, eso ya lo sabemos, pero puedo comentarlo.

El mayor problema para los dos meses que nos quedan es la comida. Esta buena, y no demasiado picante. El problema es que tenemos arroz o pan en desayuno, comida y cena, y es de lo único que te ponen una buena porción. Lo demás son vegetales con salsas, o crema de coco con especias, nada de fruta y poca ensalada, que siempre va acompañada de yogurt, y por supuesto va todo frito, menos el arroz que se cuece. No esta malo, pero ahora entiendo las lorcillas que salen por todos los corpiños de las mujeres de India… dos meses!!! ¡Ah! Y sí, aquí se come con la mano derecha. No ofrezcas nada con la izquierda y no se te ocurra tocar la comida con ella. Es la mano de limpiarse después del baño. Así que la mano derecha se mete hasta el fondo… revolviendo el arroz con los vegetales o las salsas… vamos que en mi vida he manoseado tanto la comida como aquí. Y me sigue quedando cara de boba cada vez que una de las maestras de la guardería mete su mano en todos los platos de los niños revolviendo…

Lo de ir al baño es otra de las medidas que no hemos adoptado. Pero por supuesto aquí no es fácil encontrar papel higiénico… y lo de lavarse tampoco es tan descabellado, solo me surge la duda de ¿cómo se secan después de lavarse? Así que a ver si mañana que no será huelga general, podemos hacernos con más servilletas que se nos están acabando.

Día 260: 1 de Septiembre

Hombre, con lo que echábamos de menos esto de viajar por días en un medio de transporte… pues toma, dos días en tren de Delhi a Trivandrum (la ciudad principal de Kerala), unas 46 horas en tren, que por lo menos son coche cama… y te dan la comida. No mucho para elegir pero unas buenas cantidades.

Salimos el día 31 de Agosto de Delhi, a las 11h y llegamos a Trivandrum el 2 de Agosto a las 9:30h.

El primer día el tren no iba completo, así que tuvimos nuestro propio espacio, pero el segundo día… hasta media tarde que se fueron nuestros compañeros, tuvimos el vagón compartido. Aunque mucho mejor que cualquier autobús de Argentina (que eran de lo mejor). Lo peor la ronda de propinas… el camarero, el de las sábanas, el que limpia… una tradición en India.

El paisaje digno de ver… hemos llegado a la India más tropical, palmeras, agua, verde por todos lados. Creo que nos va a gustar Kerala. Cuando lleguemos claro.

Días 261 al 268: del 24 al31 de Agosto

Después de dos días sobreviviendo con 500 rupias, nos alegramos aun más de haber cogido el tour… gracias a ellos solucionamos los problemas con el banco. ¡¡¡Volvemos a poder sacar dinero!!!
Así que resuelto el problema, vamos a “disfrutar” de Delhi. Es la capital más abandonada y caótica que nunca hemos visto. Aquí en cualquier sitio estas en el centro, y estas en medio de una calle, a medio asfaltar, llena de tierra y rodeada de edificios a medio construir. Y como aquí todos los días hay un festival… nunca sabes si detrás de esa persiana hay un negocio o una casa, hay gente en todos lados, pero no demasiada, aunque el tráfico es horrible. Parece que aquí nadie sabe direcciones, así que siempre te paras en mitad de la calle e intentas llamar la atención de alguien a quien le puedas preguntar… estilo indio, me imagino. Y teniendo en cuenta que son 30 millones de personas en Delhi… no esta tan mal.
Lo normal es que la calle este asfaltada (aunque sea a retales), los arcenes sean de tierra, que es donde se acumula la basura, se utiliza de lavabo y donde se instalan los campamentos improvisados de la gente más pobre.

Encima, ahora con los Juegos de la antigua CommonWealth… tienen toda Delhi patas arriba intentando acabar los estadios y los hoteles a tiempo. En fin, caos, caos y más caos.

Sigo arrepintiéndome cada vez que cojo un transporte en India… esto de que en dos carriles se metan 5 coches, no cabe en mi cabeza y mira que he oído hasta la saciedad eso de “TODO ES POSIBLE EN INDIA”, pues eso es lo que me acojona, que todo puede pasar.

De momento no apetece demasiado salir a pasear, el polvo, el calor, el no saber donde estas (que aquí los planos te incluyen las dos calles adyacentes y ya). Ya me cansa esta versión de la India en la que todo el mundo te vende o te pide, no es lo que yo me esperaba, la verdad.

Claro que no todo el mundo es igual, o eso espero. Pero de momento aquí lo único que se hace es hablar de espiritualidad… nada de ver un lado espiritual. Te hablan de karma, te hablan de bondad de corazón, de que el dinero no importa… pero todo lo que les interesa a los que te hablan es eso es: tu dinero.

Por supuesto que no esperaba un país ideal, ya sabemos lo de las castas, las diferencias sociales, la pobreza y demás, pero también esperaba encontrar ese lado positivo, ese toque que hace que cambie la mentalidad de mucha gente. No, de momento ese aspecto no lo hemos visto.

Más follones con los bancos, así que nos quedamos unos días más en Delhi… bendito castigo. Un poco de turismo pero no me gusta nada esta ciudad.

Días 255 al 260: del 18 al 23 de Agosto

Las ciudades grandes en la India son intratables… cuesta trabajo salir y lidiar con ellas, con su tráfico, su polución y los reclamos de sus habitantes. No hay nada como un indio empeñado en que le hagas caso. Que no, que no te puedes ir sin saludarlo de vuelta o sin contestarle a lo que te pregunte, que siempre es en inglés (creo que venir aquí sin inglés es una bendición).
En fin, hemos disfrutado (según a cual de los dos nos lo preguntes) del paseo en elefante, para subir al impresionante castillo de Jaipur, y de un día de “compras” guiado por nuestro conductor, que nos ha llevado a una fabrica de tejidos, y a una de joyas (difícil hacerles entender que no podemos permitirnos comprar).

Y tras salir de Rajastan… TAJ MAHAL.

Es una maravilla, cuando vez la mezquita hecha de mármol, al fondo (aunque la mala suerte nos llevo en un día nublado), con las fuentes como las de la Alhambra, reflejándola haciendo un efecto espejo.

El siguiente día en Agra fue una aventura, solos, con nuestras cosas en una tienda de souvenirs. Cogimos un hombre con un bici-carro, que no podía con nosotros, que no leía inglés y no sabía donde íbamos (vamos como nosotros, que tampoco sabíamos donde íbamos, ni donde estábamos). Al final llegamos a tiempo para que nos llevaran a la estación a vivir nuestra primera experiencia en un tren indio.

Sinceramente me gusto menos la estación que el tren. Sobretodo cuando sentados en el suelo, con unas decenas de indios más, pasaba una de las ratas rozando nuestras mochilas. Y si solo hubiera pasado, bueno, se soporta. Pero esta rata se paraba, te miraba a los ojos… al menos no tenia los ojos rojos, eran tirando a negro azabache. Así que después de eso nuestras esperanzas en el tren eran casi nulas.

Pero no, el tren decente, tren-cama, en el que te podías tumbar, siempre y cuando tus compañeros indios de vagón terminaran de cenar. Sábanas limpias y manta incluida. Decente, y se duerme de maravilla cuando se callan los 5 que duermen contigo.

Destino: Varanasi (Benares). Esta ciudad si que me llego, el Ganges no decepciona. Aunque nuestra primer toma de contacto fue dura… Decidimos llegar al río andando para ver atardecer. Una hora y media después, con la luna brillando en lo alto, los ojos llenos del polvo de las calles petadas de gente, vacas, cabras, bicis, tuk-tuks, coches, autobuses, puestos ambulantes, con la cabeza loca de los pitidos. Tras preguntar a gente que no entendía inglés, llegamos a las orillas del Ghangs. Una ceremonia en honor a su madre (el río) y otra bronca porque no puedes lavarte los pies allí (eso si no eres indio, claro).

Menos mal que al día siguiente mejoro la cosa. Callejeando por las calles que llevan al Ganges, por donde bajan los cuerpos para ir al crematorio. Disfrutamos de un paseo en barca por el río, a precios indios, con ellos en la barca, contándonos un poco de historia de los palacios y templos que íbamos pasando. Una visita al crematorio, que se ha convertido en un negocio donde la donación se convierte en obligatoria y previo pago todo esta permitido.

Vamos aprendiendo a tratar al modo indio, con su misma moneda. Si quieres jugar conmigo, juguemos…

Otro viajecito en tren, y estamos de vuelta en Delhi.

Días 249 al 254: del 12 al 17 de Agosto


Esto de que los hoteles te manden al McDonalds cuando tienen la cocina cerrada solo se entiende en India. Claro, de camino te das cuenta que posiblemente no haya un sitio más fiable que una gran cadena americana para comer. Eso si, es toda una experiencia… sin cerdo, sin ternera, McDonalds se queda pollo en todas sus variedades, y aquí no se concibe comer una ensalada…
En fin, que seguimos de ruta, hemos pasado por Ranakpur, que realmente no tiene más que un templo (que recuerda a los de Angkor) y una especie de embalse, al que ellos llaman lago, que merece la pena ver, porque sigues en el desierto…
Y Udaipur, es una ciudad pequeña (para estar en India, claro). Con el segundo palacio real más grande de India, y el encanto del sitio es el lago que hay en el centro de la ciudad. Donde el rey se construyo su palacio de verano, sí, en el centro del lago. Un lugar para visitar, una parte antigua muy coqueta, con sus tiendas y no tanta gente como en las grandes ciudades de la zona. Aunque turistas sigue habiendo en todas las ciudades que visitamos. Lo malo de viajar en vacaciones.
Y la ruta sigue por Pushkar, ciudad sagrada por la veneración a no se que Dios indio (perdón, pero como hay tantos y a cada uno se le pide una cosa… perdemos la cuenta). Es una de las ciudades con más encanto de las que hemos visitado.
Esta tiene un algo artificial en el centro, lleno de agua sagrada (con un color a barro), con piscinas alrededor donde la gente se baña para purificarse con el agua sagrada. He tenido un par de regañinas por bajar a las piscinas con los zapatos… un sitio sagrado en India implica ir descalzo (pero es que las cagadas de las palomas te echan para atrás). Al ser ciudad sagrada no se vende carne, en ningún sitio, y no se vende alcohol (aunque preguntándole a los locales puedes conseguir una cerveza por 200 rupias, de la ciudad que hay a unos 3 km de Pushkar). En fin, ciudad sagrada en la India.