viernes, 26 de febrero de 2010

Dias 73 y 74: 19 y 20 de Febrero

Bueno, el camino a Copacabana no fue sencillo, y mas cuando a mitad de trayecto nos hicieron bajar del autobus (que sigue siendo de los tipicos de Bolivia) para cruzar el lago Titicaca... nosotros cruzabamos en barca y el autobus en balsa.... diferente!!!
Pero el pueblo es peculiar, a la orilla del lago y sitiado por montañas (en una se encuentra el Calvario, que es un santuario, y en otro la Horca del Inca, que es un observatorio).

Y a parte de disfrutar del paisaje, de hacer las dos rutas de montaña que a 4000 metros ya cuestan, ya. Lo unico que puedes hacer es disfrutar de una truchita de 20 maneras diferentes, o meterte al lago (bien sea en canoa, en barco o a pelo). O... El carnaval... que cuando uno piensa que se ha acabado, te vas a otro pueblo de Bolivia y siguen celebrando el carnaval, quisiera volver en la pascua para ver si queda algun pueblito celebrandolo...


Dias del 71 al 73: 17 al 19 de Febrero

La Paz, La Paz.
Pues si, es una ciudad diferente, es la misma cultura boliviana de todos a la calle pero con un poco mas de urbanismo... encuentras los mismos trajes tipicos, las dos trenzas y los bombines, los puestos de salchipapas en la esquina (como su nombre indica son patatas fritas con una salchicha tipo Frankfurt con kepchut y mayonesa), o los puestos con las infusiones raras estas que ellos toman, que por supuesto lleva en la calle y al aire libre todo el dia... la verdad que lo de comer en la calle no nos inspira demasiada confianza aqui.
Otra de las caracteristicas bolivianas es lo de los baños... hay cientos de ellos, en los que pagas por el papel higienico, porque la limpieza no se ve por ningun lado (bueno, como las cisternas no funcionan la señora pasa cada cuatro personas a echar un cubazo de agua al retrete...) eso si, el hombre boliviano lo tiene mucho mas sencillo, se saca la minga y mea, da igual el lugar...
Eso le da una calidez y un aroma diferente a la ciudad, sin olvidar el hedor de la carne cruda en los puestecillos de la calle, o dentro del mercado, pero ahi te encuentras al señor cortando el cerdo que despues cuelga al aire, encima de los pollos que llevan alli cuatro dias... es diferente.
Es una cultura de tranquilidad, aqui nada los altera, excepto que te rias enfrente de ellos, tienen un profundo sentido de la inferioridad.
Bueno, que me enrollo. Ya que teneis una imagen de lo que es la ciudad os dire que es de lo que mas me ha gustado de Bolivia.
Durante nuestros dias por aqui hemos visitado la ciudad, en la que lo mejor es el conjunto, aunque algunos de los rincones te sorprenden gratamente. Otros que te hacen reir, como el mercado de las brujas, en el que encuentras remedios a todo y por supuesto de todo...
Esto es un paraiso para las compras, ya que la artesania al cambio no sale a nada y es de los mas colorido y surtido. 
Y lo mejor, con diferencia, Tiguanaco (Tiwanaku) que es una "pueblo" de esa civilizacion, en la que se encuentran restos de templos, monolitos y demas antiguedades... fue el viaje de un dia, y lo disfrutamos bastante.

Despues de eso nos embarcamos direccion al lago Titicaca, a Copacabana

miércoles, 17 de febrero de 2010

Días 69, 70 y 71: del 15 al 17 de Febrero

Bueno, la venganza la hicimos de camino... y como no, aprovechamos para tirar algunos globos desde la terraza del hotel, jajaja. Menos mal que los siguientes días nos los pasamos de camino (aunque no creaís que llendo en autobus nos libramos del agua, en este país te esperan en cada curva con cubos o pistolas de agua para que los que van en camino no se olviden que es carnaval).
Asi que bueno, disfrutando del transporte de Bolivia nos desplazamos a Cochabamba, pero como no encontramos nada que nos llamara la atención en la capital gastronómica de Bolivia, nos montamos en otro bus para irnos a La Paz... mucho más que ofrecer.
Os diré que el altiplano de Bolivia, que por cierto, es casi todo el país, es precioso. Son paisajes verdes, con las montañas al fondo, o al lado... vas pasando y ves los bolivianos típicos, con sus alpacas pastando al lado, los burros a la orilla de la carretera, y lo que más me sorprende, las construcciones de ladrillos de estos de adobe, en el que se ven sus hornos, sus corrales... es como volver al pasado (incluso los buses te llevan a un pasado remoto).
Pero de repente y tras unas horas de bus, llegas a La Paz, un paraje que acoje una ciudad que se extiende no solo por sus faldas, si no que corona las montañas que la rodean. Una ciudad impresionante que pone color al verde de las montañas, con el ladrillo que forma sus construcciones... una ciudad en la que reconoces el centro por los edificios altos que se situan en el valle...

Y con estas aventuras... acabó el Carnaval. Pero casí mejor, ya que para los turistas como nosotros el agua limita las fotos. Y con lo que yo disfruto con ellas...

lunes, 15 de febrero de 2010

Días 67 y 68: 13 y 14 de Febrero

Estamos en Sucre, y no os preocupeis los que quereis ver fotos de Uyuni, que ir, iremos.
Esto si que es la guerra, de los dos días que llevamos aquí no hemos conseguido permanecer secos ni un instante... es Carnaval. Pero a diferencia de Potosi esto es una batalla campal, aquí no existe la piedad, si vas andando por la calle eres un blanco posible. Las excusas de ser extranjero, mayor o cualquier tonteria de esas es inútil, si quieres permanecer seco, no salgas!!!
El sábado llegamos con ganas de ver una ciudad que nos parecio muy cuidada, en contraste con Potosi, pero verla implica recorrer como unas 10 cuadras en las que cada esquina, cada edificio, cada tienda es un posible escondite para los franco-tiradores... y de fotos ni hablemos, yo con este temporal no saco la cámara.
Ese primer día  se convirtio en una simple toma de contacto.
Porque el domingo... ese fue la venganza!!
Por la mañana fuimos a Tarabuco, que es un pueblo que conserva un mercado artesanal y algunos personajes... más que nada por los atuendos típicos de la zona. Lo más destacado el viaje... pero nada que ver con el de Villazón a Potosi, así que ni lo comentamos. El mercado un poco decepcionante, nuestras expectativas estan algo más altas, pero 55 km para ver un mercado como los de aquí no tiene sentido.
Lo más destacado, la vuelta a Suce... descanso para comer y estamos listos para la GUERRA.
De verdad que no hay tregua, la gente se apiña en los portales, intentando que por lo menos la espalda este cubierta. Las pistolas de agua y los globos son el atuendo típico de la ciudad, y no te puedes fiar ni de tu madre, porque todo el mundo se une a la fiesta.

El desmadre es en la plaza del pueblo, pero cada calle es una batalla distinta... los portones cerrados se convierten en cuarteles atrincherados que se abren a tu paso para acribillarte a globos. Los coches van llenos de tiradores en movimiento que no se libran de un buen globazo dentro del coche. Las rancheras estas abiertas por detras se llenan de gente dispuesta a mojarse a cambio de diversión... y los balcones, esos son los peores, porque un globo desde un balcón se puede esquivar, pero un cubazo de agua...!!!
La gente que te vas cruzando por la calle te mira con recelo, y lo primero que haces es asegurarte de que no tienen munición (que se vende en cada esquina... ya que todo el mundo hace negocio con el Carnaval) y si tienen, no los pierdes de vista hasta que cualquiera comienza la batalla...
Nos sentimos como en Irak cuando en una calle desierta aparecio de la siguiente esquina un coche, lleno de gente, a la que se le alegro la cara cuando nos vieron... eso de la guerrilla funciona.
Acabamos empapados, y no de globos, no... los cubazos desde los edificios, eso no debería ser legal, y más cuando el que sale a reirse es una persona mayor que se refugia tras las paredes de su casa...
Esto dura hasta el martes... desearnos suerte!!

viernes, 12 de febrero de 2010

Dias 65 y 66: 11 y 12 de Febrero

Potosi, Bolivia. Es la ciudad más alta del mundo a unos 4.008 metros de altura. Fue la ciudad más rica del mundo en el siglo XVI debido a la cantidad de plata que los conquistadores encontraron en el Cerro Rico. Derrochadores empedernidos empedraban las calles con lingotes de plata los dias de procesion y construian iglesias una al lado de la otra. Se contanban en esta época más de 80 iglesias y capillas.
Cuentan, que los españoles después de una celebración lanzaban las cuberterias de plata por la ventana.
Los edificios coloniales se mezclan con casas bajas a medio construir de  la actual Potosi. Las iglesias impresian por su simple belleza y recuedan como debían haber sido esos días de derroche y esplendor español.
El carnaval de Potosi es famoso por las batallas de globos de agua. Es un todos contra todos, donde francotiradores desde los tejados esperan para lanzarte un cubo de agua, niños apostados en cualquier esquina no tienen piedad con sus subfusiles y granadas de agua. Los coches en movimiento son lugares seguros para los terroristas del agua. Imagino que os preguntareis si fuimos atacados y la respuesta es que sí, pero la experiencia de guerrilla urbana me sirvio para no acabar remojado.

No solo es guerra de agua tambien desfilan las comparsas con banda de música propía que como mantra andino repiten una y otra vez la misma melodia. 
Ayer fue día de comadres, fiesta exclusiva de mujeres donde los hombres simplemente sirven a sus mujeres hasta que caen borrachas. El jueves anterior fue la fiesta de compadres donde las mujeres cumplen sirviendo a los hombres.

Hoy nos hemos adentrado en el interior del Cerro Rico. Hoy explotado como cooperativa, los descendientes de los incas y aymaras se siguen destrozando los pulmones intentando arracar a la dura piedra el mineral.
Siguiendo las indicaciones de nuestro guia, compramos coca, tabaco y alcochol de 96 grados para los mineros y para el tio ( una escultura de barro a la que los mineros se encomiendan para tener buena suerte).
Como la coca la habiamos comprado nosotros le dijimos al guia que nos diera, porque él no paraba de masticar el supuesto regalo para los mineros. Al mezclar la coca con ceniza de quinua la boca se comienza a adormecer hasta no sentir nada.
Nuestro guía, hombre peculiar, nos explico que el tabaco se utiliza para combartir los malos olores de la mina y para curar el dolor de garganta. Los mineros beben alcohol etílico a pequeños sorbos porque puede quemar el esófago, a este punto nosotros ya empezabamos a flipar, argumentando que los médicos no tenian ni idea, señalando la etiqueta del producto para corroborar su afirmación donde se leia alcohol de 96 grados BUEN TRAGO y  ni corto ni perezoso se arreo un chupito, él sabía bien que se tenía que tomar con moderación porque su abuelo había muerto de beber tanto alcochol de 96 grados.
En las minas cooperativistas la forma de extraer el mineral, debido a sus escasos recursos económicos, se realiza en vagonetas pequeñas tiradas por los propios mineros, la conexion entre los diferentes niveles se acede por una cuerda sin arnes de protección. Pasamos de un frío intenso a una temperatura de 40 grados. Un momento crítico que se produce  cuando dos vagonetas llenas se encuentran en el único carril, entonces comienzan a gritar y acaban con un buen chupito etílico.

jueves, 11 de febrero de 2010

Días del 66 al 67: menuda noche!!

Ya diciendole adios a Villazón, el pueblo en el que los niños te disparan por la espalda con sus pistolas de agua, que la nieve artificial vuela en cada esquina (es carnaval )y que las viejecitas  hacen negocio con una bascula en la plaza del pueblo (para estar en casa aburrida, la señora se baja con su báscula de baño y cobra 50 centavos a todo aquel que quiera pesarse en ella). Dónde un único ritmo envuelve a todos, y no deja de sonar. Donde el olor a tierra se mezcla con el olor a comida, empanadillas o jugo de naranja recien exprimido. Dónde los puestos  y las pequeñas tiendas de todo  inundan las calles y el color viste a sus ciudadanos.
Nos sentamos en la terminal de buses a esperar durante una hora, en la que la banda sonora eran cuatro agentes de autobuses chillando "Potosi, Potosi" "Potosi a las 7" "Potosi, Potosi"...  a un ritmo de 10 veces por minuto (no entendemos si es para ayudar a la gente que no sabe leer) y así hasta que al fondo alguien les chillaba "ya,ya, basta", pero como si nada se hubiese escuchado seguian los gritos de venta. 
Cuando dejamos el equipaje, en lo que se suponia que tenía que ser un autobus... porque a mis ojos era una tartana... poniendole un poco de fé y mucho de esperanza nos adentramos entre esos restos de hojalata y cristal. 
No fue solamente el olor a humanidad que se respiraba dentro, si no que al apoyar nuestros ortos entendimos la razón de la cantidad de mantas que la gente subia a bordo, no teníamos espuma en el asiento, era un simple trozo de tela, imaginamos que por el uso. La movilidad de los asientos era muy reducida y el espacio para las piernas lo limitaba la espalda del de adelante... yo lo note con las rodillas incadas del chico de atrás.
Una vez que los imperiosos gritos de la gente sentada alrededor nuestro,  increpaban al conductor para partir lo antes posible, mientras se comentaban  todas las maniobras e incluso los vendedores que acudian en cada instante que el autobus se paraba... esto resultaba muy familiar.
El olor a humanidad se mezclaba con un olor a pies, con el polvo que entraba por las ventanas de ese trasto. Por lo que la falta de refrigerio se agradecio sobremanera. Las piernas tras media hora aprisionadas comenzaban a doler, y casí no sentiamos la articulación de las rodillas... Encima en cada una de las paradas se bajaban y subian maletas, que caían sobre los que estamos sentados por alli... los dos probamos alguna. 
Aunque lo mejor era en el momento de salir por los estrechos pasillos, pisar  al compadre para alcanzar  tu  asiento porque no tenían intención de moverse... delicioso!!
Todo esto estuvo acompañado del traqueteo del chisme en el que viajabamos, con el extraño ruido de frenos (que por lo menos los había), las peliculas del señor de al lado, llantos de niños y... el ritmo de Bolivia. 
Pero hemos llegado a Potosi, más ligeros de equipaje, pq nos han robado el ordenador por el camino... gajes del oficio.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Días 65 y 66: 9 y 10 de Febrero

Pues sí, por la mañana bien temprano (más por el sol que caía en la tienda por la mañana temprano, que por la prisa) nos levantamos y después de empaquetar nos fuimos a la terminal de omnibuses, en colectivo (que manda cojones, menudo viajecito).
Así que cogimos el mini hacía La Quiaca (que es el último pueblo de la Argentina), esta vez tan solo eran 8 horas, asi que esto es un paseo en comparación a lo que llevamos recorrido... a eso de las 18:30h llegamos a La Quiaca, donde nuestra intención era pasar al menos una noche, ya que teniamos que cruzar la frontera, pero al preguntar en información turística y que nos digeran que lo único para hacer allí era ver los 3 puestos de los artesanos... nos decidimos a andar hacía la frontera (que resulto estar más cerca que la parada de metro en Londres).
Decir que nos gusto la bienvenida en La Quiaca, con un cartel que nos indicaba que estamos a 5120 km de Ushuaia... eso es lo que llevamos recorrido en las interminables horas de autobus, es un dato que nos emociono.
Así que tras unas cuantas colas para salir de Argentina y pasar a Bolivia, hemos pasado la noche en el primer pueblo de Bolivia, Villazón, que es justo lo que esperas de Bolivia. La gente con sus fardos a cuestas, todo lleno de color y música (aunque toda tenga el mismo ritmo), las abuelitas vendiendo sus jugos o sus infusiones para los riñones y demás, con sus largas trenzas en el pelo, con su sweter de lana (con el calor que esta haciendo), su sombreritos a veces recordando los cordobeses, otras los bombines ingleses... es de foto (pero en las que hemos echado no se aprecia esa esencia)
Aquí estamos de carnaval, es decir, por la noche a eso de las 22h cortan la luz en todo el pueblo y se dedica a tocar la banda... lo peor es que es siempre el mismo son, tocan durante 10 minutos y descansan 2. Una experiencia única.
Esta mañana hemos estado de compras, que el boliviano esta por los suelos al cambio, hemos cenado por 3 euros, los dos...
Y esta tarde nos espera el viaje a Potosí, donde esperamos que haya más cosas que visitar, esta vez son solo 12 horas, así que pasaremos la noche de viaje (que nose hace tan duro).
Buen viaje!! y en cuanto tengamos una conexión a internet decente (que parece duro por aqui por Bolivia) colgamos el video de los gauchos, y las fotos!!

lunes, 8 de febrero de 2010

Día 64: 8 de Febrero

Nos levantamos a la salida del sol, pero seguimos tumbados hasta que el calor dentro de nuestro invernadero se hizo sofocante… así que nos dirigimos a las duchas principales (como a un kilómetro de nuestra tienda, ya que las que pillan cerca siguen mostrando la avalancha de gente sufrida un domingo). Una buena ducha, y camino al centro… a terminar de ver lo que nos queda de Salta.

Después de un desayuno muy natural a base de zumitos, nos hemos encontrado con un desfile de gauchos, conmemorando el cumpleaños del General Güemes, que fue el que le termino dando la independencia a la ciudad de Salta. Hemos colgado un video que no tiene desperdicio, para los que disfrutéis con los caballos o para los que escuchéis el maravilloso discurso del portavoz.

Mañana dirección La Quiata a tan solo 20km de Bolivia.

Días del 60 al 63: del 4 al 7 de Febrero

Estamos en Salta!!

Después de unos días de descanso en un hostel, para recuperarnos de la aventura de la montaña, y relacionarnos con gente en la civilización nos toco otra jornada de bus… 38 horas de autobús, en las que afortunadamente las películas no las habíamos visto.
A eso de las 3 de la mañana llegamos a General Miguel Güemes (que es un pueblecito cerca de Salta), por fin hemos vuelto al verano, unos 31ºC . Sobre las 4:30h encontramos otro bus que nos llevará a Salta, de ahí un hostel para pasar lo que quedaba de noche (que no era mucho).

Esa mañana, la del domingo 7, la pasamos recorriendo la ciudad de Salta (al noroeste de la Argentina), una ciudad relinda, que aún conserva las construcciones coloniales y que tiene más pinta de ciudad que todo lo que hemos visitado desde Buenos Aires.
Un domingo por la mañana, en el que todas las tiendas estaban cerradas y la gente acudía religiosamente a misa… así que por integrarnos en la cultura, entramos en la Catedral. Después de eso visitamos el museo de la ciudad, que estaba situado en el antiguo cabildo.


Después de comer, nos dirigimos hacía el camping municipal, que… sorprendentemente esta ubicado en la piscina municipal, y claro, domingo por la tarde, después de misa, con el calor que hace ¿qué haría la gente de Salta? Irse a la piscina.
Lo de encontrar un hueco para la tienda entre la multitud no fue fácil, pero encontrado el hueco, la familia que estaba al lado (afortunadamente) de domingueros, después de preguntarle a Jorge “de dónde era” “español”, “¿hablas español?” (chillando por supuesto, por si no entendía)” “sí, soy de España?!”, nos ofreció Fernet con cola, para paliar el sudor de nuestro esfuerzo (que poner la tienda a las 6 de la tarde, con todo el sestero… sudas).
Esto era más un recuerdo de los años de socorrista que un camping municipal, la gente bebiendo a la orilla de la piscina, pero esta era más una balsa que una piscina…
Nos pegamos un baño, pero ante la falta de espacio por la multitud hicimos una escapada al río… no sé que es peor, un río donde el agua no es agua, es barro, y donde el fondo son grandes cantos, el agua no te cubre más de la rodilla pero dónde la gente disfruta como niños.
Cuando cayó la noche, y disminuyó el calor sofocante de la tienda nos instalamos, dispuesto a disfrutar del placer de una tienda de campaña instalada sobre el césped.

jueves, 4 de febrero de 2010

Días del 55 al 59: del 30 de Enero al 3 de Febrero

Ya estamos de vuelta, y seguimos vivos, para aquellos que lo dudarais.

Bueno, ha sido toda una aventura.
El sábado emprendimos la marcha hacía el cerro Catedral y de allí cogeríamos una senda que nos llevaría al primero de los refugios… lo malo son las indicaciones de los locales (y mira que es el mismo idioma). Que nos llevo a un lago desde el que empieza la misma senda pero en versión extendida… Así que entre los 30 kilos que llevábamos a la espalda (porque solo los listos se llevan todo su equipaje para una travesía de montaña), la falta de práctica y lo abrupto del terreno, nos estuvimos riendo de lo lindo… es decir, cada media hora las primeras 4 horas, cada 15 minutos las siguiente dos y cada 5 las últimas 2 horas de recorrido. Pero es una buena terapia, en casos de desesperación reírse, no se especificar si de uno mismo o de la situación. Unas cuestas empinadas como la pared de una casa, con el ancho de un par de pies, en las que las piedras sueltas o las raíces de los árboles te “ayudaban” a subir, se iban encadenando una tras otra, las piedras que cubrían la anchura del camino y tenías que escalar, sortear los diferentes árboles caídos y obstáculos en el camino… en fin, una odisea. Nos íbamos encontrando gente que te iban diciendo diferentes tiempos de trayecto, que por supuesto no iban disminuyendo si no aumentando.
Pero llegar, llegamos. Una vez establecido el campamento base… tumbarnos como locos. Y disfrutar de esa experiencia que es el camping… piedras en el suelo, el frío que va entrando por todas las partes de la tienda, que si tú te estas llevando más saco que yo, que si por tu lado entra menos fresco, en fin una gozada.

El siguiente día fue mucho más tranquilito, es decir, no hacer absolutamente nada, vagar por los alrededores, sentarnos en el río a no hacer nada y buscar algo de leña para hacer el fueguecillo para cocinar… abriendo los instintos más salvajes. A Jorge le dio por explorar más lejos y llego hasta el siguiente refugio (aunque la intención era recoger troncos para el fuego) a tomarse una cervecita de esas caseras que están desbravadas y calientes, pero que como te la tomas en un paraje inhóspito te quedan en el recuerdo.

El lunes ya nos decidimos a subir al siguiente refugio, pero sin mover el campamento base… que todavía estaba reciente el primer día. Bueno, espectacular!! Un refugio con vistas a un hermoso lago y las montañas, con algunos restos de nieve, de fondo…. Sin el agobio de la mochila subimos un pico de los que rodeaban el lago, una comida allí no tiene precio y el tenderete que monto Jorge para secar nuestros calcetines tampoco.
Al bajar encontramos a dos pibes sentados en el refugio en el que teníamos el campamento base, y se establecieron allí, en Piedritas. Esa noche nos unió el fuego, e intercambiando historias ellos habían subido por la misma senda larga que nosotros, y tenían una historia bastante similar. Costó un poco apagar el fuego, no por trabajo, si no porque no había cojones a llegar al río con la linterna que tan bondadosamente me regalo mi hermana… que hay que darle más vueltas que a una peonza para que ilumine algo. Entre eso, el frío que da al separarse del fuego y que la botella de agua solo tiene para un litro de agua… Y después vino la tienda, no hemos pasado más frío en la vida, los pies helados toda la noche, y yo proponiendo maneras de poner los 3 sacos para que dieran mas calor… nada funciono esa noche. Me niego a hacer más fuegos al aire libre cuando uno no duerme al lado.

A la mañana siguiente nos fuimos a la Playa Muñoz, que resulto ser menos playa y mas insípida de lo que esperábamos… Eso sí, es el mismo camino que subimos, pero bajando… se hace en nada sin la **** mochila, la subida un poco mas complicada pero accesible, así que subimos al campamento, y al igual que el día anterior encontramos a una pareja en el refugio. Compartimos el corte de leña y el fuego con ellos y nos fuimos a dormir… el día siguiente nos esperaba la bajada. Con nuestros experimentos de sacos y de brisas empezó a llover… oír la lluvia dentro de una tienda no es tan agradable como parece.

Y la sorpresa estaba esperándonos, cuando después de una noche pasada por agua, al abrir la tienda una sorprendente nevada pintaba de blanco el refugio. Nos hicimos los remolones… porque el mero hecho de salir del saco era difícil, pero no nos podíamos quedar arriba para siempre. Así que compartimos el desayuno con la pareja de anoche y con otra pareja, tras el último fueguecillo y con las mochilas a la espalda nos dirigimos a bajar por la ruta que deberíamos haber subido… os digo que eso de saltar de piedra en piedra, cruzar puentes hechos con palos y todo eso viendo la colina de la montaña al lado y con la mochila a cuestas, no termina de ser una diversión suprema… que la espalda se encarga de recordarte por unos días pero te da una sensación de superación cuando llegas, que ni las agujetas que recorren mi cuerpo me hacen olvidar, o bueno, cuando me incorporo si…
Pero os digo que la práctica lo da todo, y las paradas de hoy no han sido ni un cuarto que el primer día, nos estamos poniendo en forma…

Ah!! Y no puedo describiros lo que es ducharse después de 5 días… a lo mejor alguno ya lo habéis experimentado, pero es una gozada dormir en una cama esta noche, jajaja.

La moraleja es nunca vayas a la montaña sin estar preparado. Eso es todo amigos.

Día 54: 29 de Enero

Un auténtico día de camping… hemos estado por el centro haciendo los últimos preparativos para la acampada que estamos preparando, algunos productos deshidratados, arroz, algo dulce para el esfuerzo (pero no chocolate que se derrite…) y demás.

Para cuando hemos vuelto al camping, los chicos de la parcela de al lado nos han invitado a unirnos a la cena que tenían preparada, de despedida de las vacaciones, y adivinad que era?? Exacto, asado!!
Ha sido una noche interesante, la pareja eran más o menos de nuestra edad y estaban viviendo en Capital Federal, así que nos ha dado por comentar la política, la historia de la Argentina… pero el más personaje de todos era Alexis, que era un griego que estaba recorriendo Argentina en bici, como lo oyes. El pibe tenía 45 años y por lo visto lleva haciendo lo mismo un tiempo, trabaja durante 6 meses y los otros 6 se los pasa recorriendo un país en bici… no esta mal pensado.