Días 187 y 188: del 11 al 12 de Junio

Ahora si que estamos en Asía.

Aterrizamos en Malasia sin idea de lo que nos esperaba. No sabíamos demasiado bien donde íbamos: Penang, a parte de su ubicación (noroeste de la península de Malasia) lo único que habíamos leído es que es una de las ciudades más occidentales de Malasia, porque fue una de las primeras colonias británicas en la zona.

Andamos un poco desorientados con esto de la geografía asiática, y un poco de urgencia al comprar el billete nos trajeron al norte… pero me alegro de haber venido a la ciudad más occidentalizada, porque si no… creo que hubiera sido un SHOCK!!

El clima es como Singapur, pero creo que tras una semana por estas latitudes nos hemos aclimatado. Así que lo de que los hoteles tengan aire acondicionado es una norma, menos mal.

La mayoría del país es musulmán, eso explica porque se reciben demasiadas miradas por la calle, y ni os cuento en la playa (de la que hemos estado disfrutando hoy)… hemos tenido sesión de fotos y todo. Una jovencita nos he sacado unas cuantas fotos: Jorge en bañador, torso español, y yo en bikini, mollas fuera!! La verdad que mosquea. Aunque las mujeres por aquí no tienen ese sentimiento de inferioridad, mirar a los ojos a una persona no depende del género, y sonreír es algo natural, se las ve mucho más integradas.

Pero por supuesto la influencia asiática: China e India, esta más que presente. Tenemos templos de todos los colores y sabores, Little India (que es el barrio indio) y calles enteras con remedios medicinales chinos… La comida es una mezcla de ambas, más especias que la comida china y menos que la india, fideos, arroz, soja y sus derivados y frutas exóticas.

Tienen sus costumbres “raras”, el primer día no pudimos ir al baño (número 2, me refiero) porque no había papel higiénico en ningún sitio, y entonces fue cuando mi teoría de que las mangueritas que colgaban al lado del water eran para tirar de la cadena… cisternas tienen, lo que no hay es papel… ahhh!!! Yo lo de lavarme el culo después del baño, como que no.

Otra de las cosas “raras” es la manera de decir las cosas, hay mucha gente que no habla ingles, así que por ejemplo esta mañana, en el autobús, se levanta el señor que iba al lado de Jorge, con una cara superseria me señala a mi, y señala al asiento, no ha sido sugerencia, no, lo hacen parecer una orden… pero es la intención lo que cuenta, así que con eso basta.

Otra de las cosas que desconcierta es que hay muy pocas cosas escritas en ingles, o hablas malayo, o entiendes el lenguaje universal de los signos, que por cierto aquí en Asía no tiene nada que ver con el resto del mundo. Si tu levantas una mano con los cinco dedos abiertos significa 5 ¿no? Pues aquí cinco es una mano con todas las yemas de los dedos tocándose!!! Vamos que no hay ****** a entenderse. Nosotros hemos aprendido lo importante, el nombre de la moneda local “ringgit” (/ringui/). Y con eso Jorge se entiende hasta en castellano: “¿cuántos ringuis?”. Una par de semanas y hablamos malayo, ya lo veréis.

Ahh!! Y si alguno se anima a venir, cuidado con las motos. Me sonaba la imagen de Vietnam con todas las motos como locas, pero aquí es lo mismo. Eso si, tienen un detalle que me llamo la atención, la mayoría de los motoristas van con una chaqueta o chubasquero puesto al revés, es decir, la espalda al pecho. Estos días que hemos salido a medio día entendí que es una manera de protegerse del sol… pero fue el otro día con la lluvia torrencial que me cuadro todo. Los chubasqueros, las acequias delante de las casas y comercios y los paraguas en las manos de la gente, que si llueve es para la lluvia y si hace sol, pues para el sol. ¡Todo tiene su por qué!

Definitivamente, Asia va a ser una experiencia… y esto es lo más flojito!!!