Estamos hechos unos tailandeses, anoche estuvimos en un karaoke, que es un bar tranquilo (excepto por la música), en el que te descalzas, te subes a la tarima de tu mesa, te pides la cena, te pides tu botella o botellas de whisky y a cantar!!! Tienes un camarero que te va sirviendo cuando ve el vaso vacío, y a parte de comer, beber y brindar con los de las mesas de al lado, tienes que aplaudir al cantante (si eres de los que no cantan, porque no entienden el tailandés). Toda una experiencia, y como no nos llega para ir al boxeo que es el deporte nacional por excelencia, pues nos conformamos con esto…
Hoy hemos estado de excursión en las playas de Pukhet, la más famosa es Patong, que a parte de estar llena de turistas tostándose al sol, de locales ofreciendo deportes de todo tipo (desde motos acuáticas hasta paracaidismo tirado por una lancha), esta llena de mierda. Peor que Lloret de Mar (y mira que yo no he estado).
Así que tras un rato en la playa hemos dado una vuelta por la zona, tiendas, restaurantes, Starbucks y Subway (todo muy enfocado al turismo británico!!).
De pronto, entre todos los tailandeses ofreciéndote taxis y vendiéndote a su madre si fuese necesario, un inglés con cara de resaca y más sueño que ganas nos ofrece uno de estos “rasca y gana”, uno lo rasca Jorge, una camiseta (aunque el chico nos decía una botella de whisky) y el que ha rascado él es el que tenía premio…. Así que más asustados que ilusionados nos han llevado a la sucursal, y resulta que era una campaña de marketing para un nuevo Resort, te lo enseñan y te dan los regalos (dinero, cámaras de video, una tele, una videocámara…). Bueno, tenemos tiempo!!
Hemos tenido que mentir más que un tonto… vivimos en Londres (no ha sido difícil, sabemos lo que es), estamos alojados en un hotel de lujo (ha costado… creo que nos han nombrado todos los hoteles de la isla, y nosotros como si no nos acordáramos del nombre).
Coche de lujo, un inglesito que nos recibe, nos da conversación un rato y nos explica que lo que venden es un club de vacaciones. Un buen rato escuchando las ventajas, bebida, visita al Resort… pero el precio en nuestra situación (que por supuesto ellos no sabían), un poco demasiado.
Hartos de charla, cansados, hambrientos y con una camiseta, una semana gratis en un hotel de lujo (que probablemente utilicemos en India, para pasar el trago!!) y vuelta a la ciudad, a una media hora de las playas, en coche privado (que teniendo en cuenta el gasto y la rapidez del autobús urbano, ha merecido la pena).
Que Tailandia es un cúmulo de sorpresas, cada día una aventura.