Días del 110 al 112: del 26 al 28 de Marzo

El día amaneció sin planes, pero como hemos decidido ir “woofeando” en Australia. (Mama no te preocupes, que eso es trabajar un par de horas a cambio de comida y alojamiento, que nos saldrá más económico).

Bueno, esto venía a que aprovechamos el día en el pueblo, hacer unas compras, meternos a internet, pero este sol y la caminata… de vuelta nos adentramos hacía la playa… marea alta de nuevo.

Por la noche lo tomamos con mucha calma, ya que mañana volamos de nuevo.

Sií!! De nuevo “on the road”. Una agradable mujer nos llevo desde el camping hasta el pueblo (a cambio de algo de ayuda con un par de sillas).

Pasamos a despedirnos de Amy

Y nos recogió un profesor de primaria, que vivía en su caravana en el jardín de un amigo, (en el que también vivía un canadiense que se había hecho una casita en un árbol y allí llevaba 4 meses), nos llevo un cachito.

De allí nos recogió un granjero que venía de hacer la compra, de donde nos dejó este, nos recogió otro granjero que pensó que ese no era el mejor sitio para hacer autostop. De ahí nos recogió un chico que se acababa de levantar e iba en busca de comida. Y de allí, por fin, nos recogió un hombre que venía de Golden Bay e iba a Murchison (decidimos que sería nuestra parada también). Así que a eso de las 6 llegamos a un camping (de los acondicionados), y como nuevos después de una ducha…

Y aquí estamos, domingo por la mañana, un buen desayuno para otro día de carretera.

Sorprendentemente nos recogen en menos de 5 minutos, una señora con un niño (propenso a marearse y vomitar, solo 3 veces durante los 130 kilómetros, pobre!!) que nos dejo en Westport, bueno en el cruce que va para Pancakes rocks.

De ahí… tras 5 horas de espera… sí!! Es lo que tiene. Nos recogió un chico filipino que estaba trabajando por NZ nos dejo en Pancake Rocks… y tras ver lo que entre la lluvia y la expectación no nos pareció tan exageradamente bonito, decidimos seguir con la ruta… un chico de Greymouth nos llevó hasta allí, y aquí estamos, acampados en el jardín de un hostel.

La carretera es como esperar una buena obra de teatro.